lunes, abril 27, 2009

QUEDAMOS EN VER UNA PELI...



Estaba mal, enredado con mis problemas y quedamos en ir juntos al cine.
Supuestamente era mi gran amiga. Ella era alguien que con una inocencia ensayada, inició su andadura cambiando la decoración de mi mundo a golpe de bulldozer.
Llega y se deshace de los que estaban antes que ella en la cola.
Entra en la sala y se sienta en una butaca que ya tenía dueña...Tira su chaqueta al suelo, como quien no quiere la cosa...Y se me coloca al lado.
Se apoltrona, saca las pipas y llena el suelo de cascaras... Y todo eso antes de que empiece la pelicula.
Y de pronto, se apaga la luz...Y se levanta y se va de la sala. Argumentando que esa no era la clase de pelicula que ella queria ver conmigo.
Me echa en cara que le expliqué mal el argumento, y que ella no es de las que suelen venir a ver ese tipo de dramas...Y que no le gusta Woody Allen...
Se levanta, orgullosa, y se va. Me deja solo en la sala, a oscuras, asustado, pues con el escándalo el resto del público nos ha abandonado. No puedo entender lo que ha pasado.
Me mira desde lejos, desafiante, y me insulta...Me trata poco menos que de sátiro. Supongo que por el hecho de que nos sentamos en la última fila... "la fila de los mancos", que se decia en mi época (el ultimo tercio del siglo pasado.

Creo que voy a tardar en invitar al cine a alguien mas...Y antes de ello las haré firmar una hoja de consentimiento informado, donde quede reflejados claramente la pelicula que vamos a ver y el comportamiento que se espera de mi durante la proyección...


PD:
No entiendo el alma femenina, ni se si la entenderé alguna vez...
Frente a la posibilidad de malinterpretación de mis metaforas por alguna mente calenturienta, he de aclarar que lo referido en el texto:
1º No ocurrió en ningún cine...
2º No ocurrió jamas...Ni pudo a ocurrir...
3º Las parábolas son siempre mas dulces que la vida real.

NADA QUE DECIR...


Hay situaciones en las que ya no hay nada que decir...
En una pareja, en ocasiones, se acumulan rabias contenidas, miles de momentos desagradables, palabras no dichas, agravios no resueltos, pequeñas vejaciones cotidianas...Que si la tapa del vater levantada o bajada, que si las toallas mal colgadas o retorcidas. Cosas todas de una gran importancia a la hora de medir la calidad de una relación.
Hasta un día en que te das cuenta que estas ante un extraño/a . Descubres que sigues ahí por rutina, por comodidad, por el que dirán...
Te das cuenta que no es la vida que querías llevar...Que ya no notas en sus ojos ilusión por estar contigo. La/lo ves hueca/o, todo resulta tan artificial...Como sois muy educados no manifestáis vuestros problemas en público... Nadie sabe nada de que entre vosotros ya no hay nada. Todo el drama os lo quedais/nos lo quedamos vosotros/nosotros.
Has/habéis, igual solo has, intentado hablar mil veces sobre lo que estaba ocurriendo... Pero siempre te respondía: No no pasa nada... Y ese no pasa nada tapaba las miles de cosas que si que estaban minando vuestra pareja. Miles de cosas no dichas, o dichas pero mal escuchadas.
Pasaron los años mientras entre vosotros/nosotros dos, iba creciendo la distancia. Distancia de vuestra lejanía en la cama, que empezó en 150 cm y acabó en 150 kilometros...
Mientras os ibais queriendo menos, pero sin saber exactamente el porque. Solo que entre vosotros desapareció la ternura. Mientras te ibas sintiendo mas solo/sola, aunque ella/el estuviera a menos de dos metros, sentada/o en el otro sillón...
Veíais la televisión, os refugiabais en el ordenador, en las tareas cotidianas, para no tener que hablar...Ahogados en esas 4 paredes, bajo ese mismo techo, debajo del cual solo estabais a gusto si había mas gente...
Ella o tu, o los dos empezasteis a escribiros/veros/hablar, con otras personas de vuestro problema de pareja. Otros/as que parecía que si que os escuchaban, que si que os entendían. Almas bienaventuradas de esas que revolotean siempre como cuervos. Y esa intimidad descubierta fuera, contrastaba con la imposibilidad de dialogo dentro...
Y esos personajes exteriores crecían, mientras los interiores menguaban...Cuantas mas palabras pronunciadas/escritas hacia afuera, menos hacia adentro.
Las barreras entre vosotros dos, llegó un momento en que eran infranqueables...Se lo dijiste/te lo dijo/os lo dijisteis. Y ya no se pudo decir nada mas.
Ahora, a esta altura de la película, ya no hay nada que decir...

GRAN TORINO



Ayer por la tarde lección de cine a cargo del casi octogenario Clint Eastwood. Era la pelicula que "yo debía e ver" en este momento de mi vida.
Walt Kowalski, antiguo trabajador de la compañía automotriz Ford, es ahora en Detroit un hombre jubilado y viudo, que vive solitario en el hogar ya desierto en una periferia urbana invadida por las minorías raciales (con pandillas asiáticas y latinas disputándose el territorio); su única compañía es una vieja perra muy dócil, y su gran orgullo, la posesión de un flamante automóvil Ford Gran Torino modelo 1972.
Cuando al lado suyo se muda una familia asiática, Kowalski confirma su calidad de último combatiente blanco en un barrio saturado de lenguas, costumbres y ritos para él incomprensibles y molestos, y decide levantar una vigorosa barricada psicológica para protegerse de su entorno, que va desmoronándose a medida que avanza la película.