domingo, abril 26, 2009

DOMINGO SERENO


Vuelta al negro, mi color permanente, tras un paso fugaz por una primavera que no parece arrancar aqui en mi isla de Mallorca.
Inicio del domingo acompañando a un gran ser humano a llevar a nadar a su nieto a la piscina municipal de Son Hugo. Valentín, había perdido su valentía, y le cogió miedo del agua. Gracias a la superabuela que todo lo arregla, ahora ya tiene garantizado su futuro como nadador de élite. Bendita Monica que haces perder el miedo al agua a tu nieto, y el miedo a la vida a los demás que te rodean...
En este mundo revuelto hay gente benéfica, personas que solucionan problemas, y otros/as que solo consiguen hacer daño.
Hay SERES HUMANOS con mayúsculas, gente cerca de la cual te sientes arropado, protegido, gente que irradia bondad y paz... Y otros/as a los que si te acercas, te van a hacer muy desgraciado.

FINDE EN MADRID





Por necesidades formativas este fin de semana hube de viajar a mi ciudad natal.
Me alojé en la calle Jorge Juan en el corazón del Barrio de Salamanca.
Este fin de semana en Madrid pude comprobar, que aun habiendo sido donde nací y pasé los primeros 23 años de mi vida, allí ya no hay nada mio. No hay vuelta atrás en el tiempo. Nada me une a Madrid, no dejé nada esperándome en esa ciudad... Podría tardar 30 años mas en volver y no se perdería nada.
Este fin de semana fue un espacio de reflexión sobre la imposibilidad de volver al pasado... Nadie me debe 30 años, ni yo se los debo tampoco. Vista al frente, y dejar de imaginar, de fantasear. Las ensoñaciones no existen, por mas que uno quiera agarrarse a ellas como a un clavo ardiente para no sucumbir. Y hay clavos ardientes que te queman las manos al cogerlos...
Uno quiere a imágenes del pasado y juega a recrearlas, a reconstruirlas... Y a veces son autoimpuestas... No son reales. Son algo etéreo, una invención.
Necesitaba estar solo y lo estuve. Solo en una ciudad de mas de 4 millones de habitantes en una preciosa noche de primavera.
El sábado por la mañana fue todo ciencia, paseito por el barrio Salamanca, vuelta a Barajas en Metro, para hacer tiempo y otra vez a mi isla.
Isla lluviosa, isla de invierno...Isla triste, isla que me recibió llorando. Mi isla.