Pues si que empezamos bien...Con ese titulo, cabe preguntarse quien habré colocado hoy como diana de mis peores críticas. Pues hoy me toca a mi. He empezado el dia arañando la aleta de mi New Beetle con la puerta del garage. Es cierto que el espacio no es muy grande, y que suelo dejarlo muy pegado a la pared para facilitar la entrada del Mini, que conduce mi mujer. Yo, el gran caballero, me arriesgo para que ella, pobre tontita, lo tenga mas facil. Pues hoy al salir estaba pendiente de conectar el IPOD, he mirado por el retrovisor izquierdo para alejarme del Mini, pero no por el derecho, para comprobar la distancia a la pared y la puerta del garaje. Consecuencia: Raspón.
Me cago en...
Y asi hemos empezado el día. A ver que nuevas cagadas soy capaz de ir desarrollando a lo largo de la jornada.
Una raspón en la aleta es el equivalente simbólico de una enorme herida narcisistica que me he autoinfringido. El coche para muchos, para mi, es una expansión de mi perimetro cutaneo. Soy yo mismo en acero. Con la diferencia que cuando mi cuerpo sufre una herida se autoregenera, y mi pobre coche necesita la intervención del chapista. Doble castigo, en mi Ego y en mi bolsillo. Al final va a ser todo cuestión de dinero...¿A ver si es la sangre judía que corre por mis venas la que se está retorciendo de dolor por el arañazo en la aleta?.
jueves, enero 26, 2006
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