Y en este gélido enero de aeropuertos cerrados y tráfico colapsado...Un pequeño respiro. Un soleado sábado para celebrar la Liturgia Nacional brasileira: " La Feijoada".
En la Casa Vasca de Mallorca, en el Coll d´en Rebassa, con un grupo de amiguetes, hemos disfrutado de un buen rato, en que gracias a la magia de la comida, unos vascos ( algunos nacidos en otras partes del mundo *) se han transformado en brasileños...O viceversa.
La Feijoada se trata de una comida de esclavos negros traídos de África al Brasil, explotados en las plantaciones de café o banana.
Los muy ortodoxos sostienen que una verdadera feijoada se prepara en siete días, y la explicación es que parte de los elementos diarios de la cocina de esos esclavos consistían en judías negras y carne secada al sol o salada. A esto se le empezaba a agregar los restos de comidas o productos que los patrones iban dejando a diario, restos de carnes duras de vaca, patas, cueros y rabos de cerdo, restos de chorizos secos, encurtidos, y por supuesto cebollas, y todo era cocido en una gran olla de barro o de hierro hasta que las carnes estaban tiernas y las judias casi deshechas.
Se acompaña con arroz hervido y salteado. Sobre la feijoada se pone la “farofa”, harina de mandioca frita en un poco de aceite, más bien tostada con un poco de aceite.
Para beber por supuesto “caipirinha”, bebida hecha con lima, azúcar molido (se machacan ambos en un mortero o en el fondo del vaso), se agrega hielo picado y se machaca nuevamente. Se añade entonces la cachaça, bebida hecha de caña de azúcar (aguardiente), se mezcla nuevamente y se sirve.
Esta comida no resiste postres...
El final regado por cava congelado, para estar a tono con la ola de frío...
*P.D:
Los vascos son el único pueblo que pueden nacer donde quieran...
sábado, enero 10, 2009
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