Ayer tarde y de nuevo hoy, tras un tiempo de ausencia tuve noticias de alguien a la que tomé por una princesa, que es plebeya y que no es la de Asturias.
Princesa de cuento de tres al cuarto, que corrió despavorida ante un conjuro fallido de su hechicero, que con un poco de magia desveló su verdadera naturaleza y la transformó en flamígero dragón. Sortilegio atroz causado por la desconfianza del mago en las princesas.
Radzig ya fue estafado por una falsa princesa oscura...Hace años. Y no quiso volver a caer dos veces en el mismo error. La nieta del rey pagó penitencia anticipada por pecados que ella no había cometido, antes de tener el tiempo y el escenario de hacerlos posibles.
El anciano de barba blanca ya no confía en las princesas. Y decidió no acompañarla en la aventura de su vida a tierras lejanas. Seguramente fue el gran acierto de su vida...
Ahora ya nadie va a inventar su historia. Tendrá que escribirla ella sola. Nadie le va a prestar su imaginación y su tiempo...
La desconfianza estaba justificada. Adiós, para siempre adiós...Hoy duele, mañana será sólo un recuerdo.
Muchas gracias por el fuego que escupió. Fuego temido, y sin embargo fuego esperado. Estaba en su derecho de cumplir la premonición. Esa era la idea...
PD:
Cuentos y parábolas no son la vida real.
Dicen que la realidad nos engaña y la fantasía nos confunde. Para mi la realidad se terminó y la fantasía se marchó.
